Compraventa de Inmuebles

Hacer una *due diligence* al comprar una propiedad es crucial porque te permite evaluar a fondo el estado del inmueble, su situación legal y financiera, y cualquier riesgo potencial antes de comprometerte con la compra.
1. Verificar el estado físico de la propiedad: Una inspección detallada puede revelar problemas estructurales, como humedad, grietas, o fallos en instalaciones (electricidad, fontanería), que podrían implicar costosas reparaciones. Sin esto, podrías terminar con una propiedad que requiere más inversión de la prevista.
2. Confirmar la titularidad y cargas legales: Es esencial asegurarte de que el vendedor es el propietario legítimo y que la propiedad no tiene deudas, embargos, hipotecas ocultas o problemas legales que puedan transferirse a ti tras la compra.
3. Evitar sorpresas financieras: Revisar los impuestos asociados (como el IBI), las cuotas de la comunidad de propietarios o posibles derramas pendientes te ayuda a calcular el coste real de la propiedad y evitar gastos imprevistos.
4. Cumplimiento urbanístico: Importante comprobar que la propiedad cumple con las normativas locales, como licencias de construcción o uso. Si hay irregularidades (por ejemplo, una ampliación ilegal), podrías enfrentar sanciones o la obligación de demolerla.
5. Valoración adecuada: Analizar el mercado y comparar precios te asegura que no estás pagando de más por la propiedad, protegiendo tu inversión a largo plazo.

En resumen, este proceso te da tranquilidad y seguridad, minimizando riesgos y asegurando que tomas una decisión informada.